''''\___labarda___
Mensaje 25: EL CUIS POETA
El cuis
está de bailanta en El Gigante, y yo en esta noche calurosa me
quedé
solo. Salgo a la playa y caminando despacio ni me doy cuenta que
ya estoy
frente al muelle viejo, ese muelle que hubiera tentado a tantos
poetas a
escribir versos de amor y que ahora me inspira a mí
mismo.
Mientras camino voy tratando de hilvanar algunos versos en homenaje a
esta
ciudad hermosa, a estas playas limpias y serenas, pero por el momento no
me
sale nada. Me voy acercando al rancho, ya son casi las cinco de la
mañana de
este sábado de verano y abatido me meto en la pieza
sin lograr un mínimo de
inspiración.
De repente siento ruido
en la puerta. Es el cuis que viene alegremente y
totalmente beodo de la
bailanta.
- Que llore, hic, que llore, hic, esa malvada, que sufra, hic, que
sufra, hic,
esa malvada -
- No le da vergüenza retornar en esas
condiciones? - le digo casi con
envidia.
- Pará Bardo, que no pasa
nada, hic. A propósito, mientras volvía se me
ocurrieron estos
versos, a ver si te gustan:
TRAMPA PARA LOS SENTIDOS
Un
día, en la costa me tendieron una trampa
me dijeron que las algas son
retazos de vestidos
de sirenas que a la noche cantan en la
lejanía
pero que llegado el alba ya no se oyen sus
sonidos
Más tarde un viejo marino me dijo que no hay peligro
si
te ciega entero el sol cuando abraza la marea
porque con el ocaso, los ojos
se recomponen
y vuelven a ver las cosas tal como antes lo
fueran
Después escuché de paso que el aroma de la
brisa
enamora sutilmente al caminante furtivo
que adormilado se entrega a
esa fragancia marina
pero que pasado un rato, vuelve a su viejo
camino
Me dijeron nada más que una caricia en la arena
basta
para apasionarse por esta playa que brilla
pero que luego la arena se disipa
con el viento
y muy pronto uno se olvida de su roce en la mejilla
Que
simplemente probando el gusto al agua salada
pegada en la piel bronceada de
una mujer de verano
no alcanza para quedarse aquerenciado a estos lares
y
sin temor uno escapa a otros parajes lejanos
Así que despreocupado
me acomodé en tus orillas
y con mis cinco sentidos me extasié
en tu fantasía
sin darme cuenta siquiera que estaban
equivocados
aquellos que me habían dicho que la trampa no
existía
Porque una vez que uno sabe de la magia de este
puerto
no es posible retornar, todo el pasado es olvido
por eso que estoy
atado a tus bardas y a tu cielo
y nunca podré dejarte, mi Puerto
Madryn querido
- Bueno, hic, chau, hasta mañana (que llore,
hic, que llore, hic, esa
malvada). Ah, despertame cuando esté el asado
-
Escuché con odio todo el recitado haciendo lo imposible por
memorizar uno a
uno los versos. Ahora sí que estoy decidido. A este
cuis lo rajo mañana
mismo.
EL BARDO
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