Mensaje 7 - Salvataje de ballenas (Segunda Parte)

La llovizna se estaba poniendo tupida, el ballenato movía lentamente su cuerpo
imponente. Se resistía a morir, pero las fuerzas lo estaban abandonando.
De pronto, se acerca una pala mecánica de una empresa de la zona que viene a
ayudar. Tratan de mover al animal hacia el agua, la marea iba subiendo
despacio. Es muy difícil moverlo sin lastimarlo o quebrarle algún hueso, esto
provoca grandes discusiones entre los que quieren empujarlo como sea al agua y
los que no por miedo a herirlo.
Pero lo cierto es que se muere. Carolo entra en la discusión y grita:
- No se dan cuenta que si lo dejamos no va aguantar mucho más, prefiero
intentar salvarlo aunque se lastime que cargar en la conciencia que no hice
nada para ayudarlo, mientras lo miraba morir!
Este Carolo a veces se manda unos discursos convincentes y melodramáticos,
andaría bien para político.
Así que extienden una malla de red de pesca por debajo del animal. La pala
mecánica, envuelta en frazadas, lo empuja un poco para que ruede por encima de
la red, lo engancha y lo arrastra hacia el agua.
Ahora el ballenato está bastante cerca, pero la pala mecánica no puede avanzar
más, prácticamente está metida en el agua y a punto de hundirse en la arena blanda.
Todo el mundo empuja sin grandes resultados. Como si sirviera de algo, muchos
está con campera y todo metidos hasta el cuello en el agua. El ballenato está
semisumergido pero no lo suficiente como para nadar. Pero se mueve un poco,
parece que revive.
La mamá ballena se agita cada vez más. Todo el mundo hace fuerza, hasta los
chicos desde la playa alientan con gritos y corridas.
Entonces, por el mar se acerca una lancha de Prefectura que se parece a esos
barquitos que dibujábamos en la primaria, con una chimenea en el medio largando humo.
Suelta un cabo larguísimo que varias personas atrapan desde la costa y afirman
al cachorro. Una vez fuertemente atado es arrastrado mar adentro por la
lancha. Ya en el agua bastante profunda (unos dos metros) el ballenato se
sacude con fuerza, está vivito y literalmente coleando. Pero está enredado en
la red de pesca. Varios muchachos se van mar adentro trepados al animal para
sacarle la red y luego de gran esfuerzo y arriesgando sus propias vidas lo logran.
Entonces el ballenato nada hacia su madre, y pudimos ver una imagen que los
que estábamos allá nunca olvidaremos. Ni bien se juntaron se dieron unas
caricias amorosas mezcladas con coletazos de la madre como reprendiendo al
pequeño por el mal comportamiento. Y muchas caricias.
Los dos dieron varias vueltas cerca de la playa (estarían agradeciendo?),
pasaron bien cerquita de la lancha de la Prefectura y se fueron mar adentro.
Un último coletazo de la madre fue respondido con las manos en alto de todos
los héroes de la costa.
Entre risas y saludos, volvimos al rancho en la 4X4. Esta vez manejaba yo,
porque Carolo estaba temblando de frío y estornudando continuamente. La pera
le temblaba. Prendo el estéreo y salen los Memphis tocando "La Bifurcada". La
acompañamos a coro y a los gritos, sabido es que para el frío no hay nada
mejor que un buen rock and roll, o un buen tango, que al fin de cuentas es lo mismo.
- Para qué te metés al agua, Carolo, no sabés que estas cosas son para hombres? - 
Ya adentro del rancho, busco en un estante algo fuerte para tomar y
contrarrestar los chuchos de frío.
En la pieza, el cuis estaba tirado en la cama, indiferente, comiendo unas
galletitas y viendo una película en HBO.
- Salga de la pieza ya mismo, vaya a comer a otro lado que después me deja
todo lleno de migas!!-
El cuis no me contesta ni me mira, solamente hace una mueca de disgusto,
mastica otra galletita y larga un "Shhhh" para que me calle y lo deje escuchar.
- Para qué quiere escuchar - le digo - si la película está en inglés y usted
de inglés no caza una?.
Vuelvo a la cocina, vencido nuevamente por el cuis, y compartimos con mi amigo
unos mates calientes y amargos mientras nuestros corazones laten con la
alegría de otro deber cumplido.

EL BARDO

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