TU NOMBRE
Anoche te descubrí tras el velo del rocío
cuando la niebla húmeda y blanca quiere volar y no puede
tras unas matas, solitarias, costeras
un remolino de arena dibujó tu nombre
con pedacitos de vidrio moldeados por siglos
en medio de un silencio
sólo afectado por el silbido ocre
de la brisa de las bardas...
Tu nombre, bien marcado en la explanada
de arena blanda de la costa
que ni la pleamar pudo borrar.