NOSTALGIA
En esta noche de luna como paño desgarrado
Mientras los maderos le silban a los pescadores del muelle
veo pasar al canillita gritando por la alfombra arenosa
que el viento con sus diarios le tendió en la orilla.
Veo pasar ausencias, lejanías, amigos enteros
veo bares tenues apagar la madrugada
y aquel lugar sin nombre, sin tiempo
donde comimos el pan que amasaba la noche.
Donde mujeres con vestido azul marino
nos masacraban la inocencia sin piedad
hasta regalarnos sin quererlo,
la añoranza deseada por los niños:
la nostalgia de ser grandes.
Pero no todo lo pasado fue mejor.
Hoy, solamente hoy, puedo ser el dueño
de esas voces arcaicas en el horizonte
de mi abuela acomodándome el pullover
de la secundaria rebalsando de tiza y sueños
del partido a 12 entre cunetas anegadas
del beso escondido en una plaza tibia
y de la inquietud de mi madre porque es tarde y aún no llego.
Solamente hoy, no antes, todo eso me pertenece.
Por eso vuelvo al muelle en estas noches mansas
porque no quisiera retornar a mi viejo barrio
y perderme a toda esta multitud de lo que ya fue
y abandonar el deseo del volver a ser
y no poder poblar al horizonte con abrazos perdidos.
Por eso también busco en este abismo del presente
la sombra del rostro de mi amada
para atrapar su cabellera de pájaro
y así seguir sembrando este jardín difuso
con semillas de nostalgia venidera.
La busco a ella, que está cerca,
para no olvidar a los amigos viejos
ni a las calles de alquitrán quebrado, ni al calor de la siesta,
ni a las luces girando en la pista de baile.
La busco para encontrar mañana la melancolía de esta noche
en que le digo "te quiero".
Para sentir una vez más el perfume de su cuello
un momento antes de que yo mismo
me convierta en un recuerdo lejano
en un rumor más que quizá se oiga
en algún otro muelle de horizonte negro,
con otros pescadores...
y otra luna.