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Mensaje 68: Predicciones madrynenses
para el 2000
Como todos los años, a medida que se acerca el fin de año
europeo un gran
número de astrólogos, videntes, parapsicólogos y adivinos
tratan de ganarse
unos pesos y un poco de fama con nuevas predicciones para
el año siguiente.
Aunque esto comenzó mucho antes, fue Nostradamus el que
difundió a nivel
masivo esto de largarse con profecías, y ahora parece que
cualquiera se
puede
creer tan superior como para desafiar al tiempo mismo,
al futuro mismo.
Así, luego aparecen en televisión y en las revistas
embaucadores que les
hacen creer a la gente que con solamente escuchar su voz
o mirarlo a los
ojos o viendo los restos que quedan en la taza de café o bien
leyendo en los
pliegues de grasa de la pelvis pueden no solamente conocer su
pasado sino
también adivinarle lo que le va a pasar (y casi siempre los
potenciales
clientes son gente con verdaderos problemas de la vida real a los
que no les
encuentran solución, que son sistemáticamente engañados y
esquilmados).
Esta sarta de pavadas de las predicciones y las profecías, de
las que luego
del eclipse tenemos una muestra más de cómo le erraron los
finesmundistas,
siempre son ambiguas y difusas cuando se trata de
predicciones a nivel
general (habrá
una guerra, caerá un avión, habrá un
terremoto, etc.) por lo que nunca se
puede inferir objetivamente que son
erróneas, pero cuando se refieren a
cosas más puntuales, inevitablemente le
erran.
Vaya paradoja, mas aquellos atorrantes que dicen tener poderes divinos
con
los que pueden descubrir en un abrir y cerrar de ojos lo que
aquellos
tarados simplones como nosotros no podemos ver, son justamente los
que
siempre fallan.
Así, estos vagonetas empañan la impoluta imagen de
verdaderos adivinos como
quien suscribe, que hace un tiempo acertó tres veces
a la quiniela en una
semana, y después agarró al 31 a la cabeza y redoblona a
los 10, cobrando la
escalofriante
cifra de 500 mangos (ojo, no pidan
porque ya me los gasté). O como
el cacique Pipagua que, valiéndose de
complejísimos cálculos en los que
utiliza la matemática discreta, el álgebra
de Boole y el teorema de Taylor
para ecuaciones de quinto grado, y luego de
bajarse unas
breves copas de Doble V (la calle está dura últimamente pero la
Doble V,
aunque ordinaria, sigue siendo barata) en una noche cálida y seca,
pudo
ver escritas y descifrar en las constelaciones del cielo que en este
punto
de la tierra se ven tan claras y brillantes, estas increíbles y
enigmáticas
predicciones
que aquí transcribo (tiembla
Horangel):
Debido a desconocidos designios de los dioses la luz se
cortará de manera
sobrenatural y siempre de noche.
Asimismo, los vecinos
enviados de las tinieblas, esos que riegan sin cesar
miles y miles de metros
de pasto todo el día, dejarán sin agua a toda la
ciudad en el
momento en
que varios infelices hayan terminado de enjabonarse íntegramente
y ansían la
ducha refrescante.
En verano, en el preciso instante en que alguien en la
playa intente
levantarse para ir
a jugar a la pelota con los chicos, o
pretenda pasarle bronceador en la
espalda de su novia, o simplemente quiera
mirar el horizonte con la mente en
blanco mientras se toma un mate, se
acercarán unas macabras promotoras de
productos veraniegos diversos, hermosas
y despiadadas criaturas que
aparecerán de la nada con una sonrisa dibujada en
el rostro y le hablarán de
las impresionantes ventajas
de comprar cosas en
ese mismo instante, y le hablarán, hablarán, hasta que
usted,
ya con el
bronceador derretido en la mano, o con los chicos llorando, o con
el agua
fría para el mate, sufrirá los más terribles tormentos del infierno,
comprará
lo que venga
y se le reventará el cerebro.
En verano, miles de almas
serán poseídas por una fuerza de origen
sobrenatural y desconocido. Dicha
fuerza emanará de la estatua del indio en
la curva homónima y obligará a las
personas a enfilar sus automóviles como
autómatas hacia ella, yendo y
viniendo sin cesar y sin ningún motivo
coherente. Luego, estas personas
inclinarán la cabeza saludando a cada cruce
con otro auto poseído.
A
alguien se le va a ocurrir poner una estatua en algún lugar de
Madryn.
Las promotoras (insaciables) invadirán el centro de la
ciudad.
Un grupo de turistas dispuestos a comer sánguches de miga y tomar
Coca a la
sombra de los queridos tamariscos en El Doradillo, experimentará el
pánico
de encontrar varios excrementos humanoides detrás de estos
conocidos
arbustos - inodoro.
Muchos perros sueltos y nefastos
cuatriciclos circularán por toda la
explanada de la playa molestando sin
cesar a los pobres humanos que
solamente querían tomar un poco de sol antes
de que empiece el viento.
Un locatario amigo alquilará todos sus
bungalows en enero. Luego, la
conjunción de
Júpiter con Plutón después de
la segunda luna llena de enero provocará una
merma de alquiler que se
convertirá en la pérdida de tres días para dos
bungalows durante febrero, con
lo cual nos veremos imposibilitados de
pedirle plata prestada.
Vendrán
muchas ballenas
Las promotoras irrumpirán en las casas de
familia,
tocando timbre sin cesar a la hora del almuerzo o de la cena (pero
qué
lindas son).
No habrá aumentos de sueldo
Alguien va a
chocar en la Domeq García
Habrán días de mucho viento
Va a haber
muchas protestas
Los maestros serán pobres
Seguro que va a
llover
Después va a parar
Las promotoras, cada vez más lindas y
persistentes, tomarán el poder y nos
obligarán a todos a comprarles
algo compulsivamente.
Finalmente, la más exactas de sus verdades, cuando
se le preguntó sobre el
futuro de la humanidad, de las naciones, si existe
vida en otros planetas y
si es cierto que en La Plata llueven sapos, el
magnífico sabio Pipagua cerró
los ojos, tomó aire, dijo "Ommmm" y manifestó:
"Y yo que sé, abombado".
El Bardo (Carlos Alberto Nacher)
nacher@madryn.com
Libro
publicado:
"Crónicas madrynenses"
Puede pedirlo en http://madryn.com/adelantados/elbardo