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Mensaje 37: Etimología: Puerto Pirámides

Siempre es interesante conocer un poco la historia, dicen, para conocernos a
nosotros mismos. Lamentablemente el hombre ha repetido una y otra vez los
mismos errores históricos, como eso de armar guerras y matarse entre ellos
por pavadas sin sentido como un cacho de tierra, diferencias ideológicas,
diferencias religiosas, odio racial o simplemente por gastar balas y bombas
para mantener activa la producción de armamentos.
Como la historia no es exactamente mi especialidad, es más, como es difícil
determinar si lo que aparece en los libros de texto de primaria y secundaria
sobre historia es en realidad cierto o se trata de una gran confabulación
hecha por los que ganan para hacer quedar bien a sus defendidos, no voy a
citar ningún hecho ni fechas ni nada que pueda ser fácil y fehacientemente
cuestionado por aquellos lectores sabiondos.
Simplemente me voy a remitir a lo expresado una vez más por el respetable
indio Pipagua, del cual tengo el mayor de los conceptos dada su claridad
sintáctica y su expresividad semántica. Pipagua me contó esto una vez, allá
por el 87, cuando todavía funcionaba el recordado boliche bailable Gennow en
el sótano de lo que era la zapatería "La Madrileña" en la esquina de Roque
Sáenz Peña y Mitre (hoy sede de la sucursal Madryn del Banco Río). Estábamos
sentados a la barra viendo pasar a las chichís deambulando alrededor nuestro
tratando infructuosamente que las saquemos a bailar, en estado cuasi
desesperado por nuestra postura displicente, bebíendo unos buenos daikiris con
rocas en vaso grande que te dejaban atontado. El ambiente estaba plagado de
oscuridad velada por luces giratorias psicodélicas que te dejaban ciego,
mientras los parlantes a medio metro de distancia de nuestras banquetas
vomitaban "Kool and the gang" a un volumen prácticamente cercano al límite de
lo que puede soportar el oído medio humano, que te dejaba sordo. Consideré que
era un momento inmejorable para que el indio me relatara algo de sus vastos
conocimientos telúricos, transimitidos de generación en generación y que a él
le venían a la memoria justamente en estos casos de total obnubilacion de los
sentidos. Así habló Pipagua:
"Paradójicamente, la historia reciente puede ser fácilmente discutida por los
estudiosos de los hechos y sus interpretaciones, no así la historia antigua,
en la que los hallazgos arqueológicos son tan reducidos y en estado tal de
deterioro que solamente se pueden inferir parcialmente los hechos, y es muy
difícil negar las afirmaciones de la ciencia en estos casos ya que no se
tienen las suficientes evidencias. Esto mismo ocurre con el origen de los
nombres de los lugares. Para ejemplo, tomemos el caso de Puerto Pirámide, ese
hermoso paraíso acá nomás, a 100km de Madryn, con su playa rodeada de
tamariscos y sus bardas que parecen pirámides. Justamente, el error es creer
que el puerto se llama así simplemente por las formaciones naturales de los
acantilados que la rodean, claro, eso es evidente y no hace falta investigar
demasiado para llegar a dicha conclusión. Nada puede estar más alejado de la
verdad."
El indio hizo una pausa en este punto, dió un sonoro sorbo a su daikiri, el
tercero de la noche y eso que era temprano todavía, apenas las tres de la
mañana, y por un instante distrajo su atención para ver pasar a una turista en
minifalda que se deslizaba muy cerca nuestro con un andar de pantera. Parecía
como querer premeditar sus palabras para que fueran claramente entendidas por
mí, un pobre lego e inexperto en estos asuntos de la historia local, así como
también en los asuntos de turistas femeninas. Cuando la turista desapareció
entre el humo y los reflectores que no paraban de dar vueltas, Pipagua volvió
a su relato:
"Yo sé que no está bien esto de avivar giles, pero bueno, te voy a hacer un
favor nada más porque se trata de vos, sabés, y te voy a contar la verdad de
la milanesa. Ocurre que en tiempo inmemorial, miles de años atrás, había unos
faraones en Egipto que con el asunto este de la inmortalidad estaban queriendo
construir unos monumentos gigantescos para su vida futura y eterna. Así fue
como se les ocurrió hacer las famosas pirámides pero claro, el mundo entero
las conoce y se habla de ellas como una de las más grandes maravillas del
planeta, se tejieron mil y una historias y conclusiones acerca de su origen,
algunos hasta dicen que son obra de seres extraterrestres, pero digo yo,
alguien sabe de dónde sacaron las piedras para hacerlas?. También sobre esto
hay estudios realizados, aunque ninguno establece seriamente su origen. La
verdad es que estos egipcios contaban con embarcaciones que para su época eran
de avanzada, fácilmente remontaban el Nilo, salían al Golfo Pérsico, luego
doblaban a la izquierda, siempre remando, una vez atravesado el Estrecho de
Gibraltar ahí ponían el piloto automático (es un decir) y le pegaban derecho
para abajo, hasta llegar adóne, eh? a ver, adónde?"
Acá Pipagua casi gritaba para dar más énfasis a su afirmación. Medio
intimidado por el tono de voz del indio, que se escuchaba clarito y casi
tapaba ahora a Michael Jackson en los parlantes, le digo: "Nnno sé".
"Ves? Por supuesto que nadie sabe. Los egipcios estos que siempre andaban de
perfil y con las manos como haciendo el pasito de la Mona Giménez se venían
hasta acá a robarnos arteramente nuestras queridas piedras para hacer sus
obras, así como que fueron ellos los que inauguraron una práctica que con el
tiempo se hizo costumbre, esa de robarnos piedras, huesos de dinosaurios,
pescados y tierras, que como sabrás en la Patagonia están en un 90% a nombre
de terratenientes extranjeros. Por eso ese lugar se llama Puerto Pirámide, las
cuevas de las bardas no fueron provocadas por la erosión del mar sino porque
los turcos éstos nos afanaban las piedras para sus monumentos póstumos, qué
tal?."
Me quedé por un momento observando el brillo en los ojos de mi compañero, su
semblante de ganador al concluir con tanta seguridad su discurso, su copa
vacía en la barra, y no supe qué contestarle. Por mi parte, me limito a
transcribir sus afirmaciones, pero por las dudas les pido a todos ustedes que
no le crean mucho a este indio, es bastante fantasioso y sobre todo a esas
horas de la noche, tengo pruebas irrefutables de que no es así, a quién se le
puede ocurrir que las piedras de las pirámides egipcias provienen de Puerto
Pirámide, eso es una estupidez, una flagrante tontería que nadie se puede
tragar. Lo real es que las piedras extraídas de nuestro querido puerto vecino
fueron utilizadas muchos años después, en los finales de la era anterior a
Cristo, para la construcción del palacio de Cleopatra en Alejandría, obra hoy
destruida por terremotos y que yace bajo el agua a orillas de la citada
ciudad. Prueba de esto es que en las últimas investigaciones acuáticas fueron
encontradas sumergidas y clavadas en algunas esfinges egipcias varias puntas
de flecha de origen claramente patagónico, pero nadie lo quiere decir.

EL BARDO

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