SONETO PARA ANABELLA

Llegaste una mañana lluviosa al bachiller, callada. Las pandillas, aullaban por tu belleza.

En el pabellón descollaba tu cabello (qué detalle).

Cual plumilla puntillosa, tu talle me desfallecía, no vi nunca tal doncella.

Gallardo, te chamullé, te embarullé en el pasillo.

Te emperifollaste, te maquillaste las mejillas, te llevé a los sillones, tuve agallas.

Eras un capullo, un pimpollo, te regalé chinchillas, perdí un tornillo.

Amaba el dobladillo de tu pollera, tus maravillosas pantorrillas.

Arrodillado, acuclillado, atropellé tu cremallera, quité la hebilla.

Recuerdo aquella tarde en la plalla junto al muelle.

En la escollera junto a la orilla, orgulloso arrullaba tu flequillo.

La imagen de tu malla amarilla dejó huella como el brillo centelleante del destello de una estrella.

En mi pobre castellano, por ti llené carillas, gacetillas, folletines, apostillas, cartillas, dibujé carbonillas, todas perogrulladas.

Te llevé a Marsella, a las Antillas, a Mallorca, eras sencillamente avasallante.

Te llené de anillos, collares para tu cuello, argollas, gargantillas, medallas.

Me acribillaste, me acuchillaste como ballesta, como metralla, era (entre comillas) tu conejillo, tu monaguillo.

Desarrollé una idea descabellada (bullía en un torbellino): fui a ver al capellán de la capilla, te di mi apellido.

Pero algo falló en todo aquello, este es el meollo:

Tu hallazgo comenzó con un té de manzanillas con galletitas Criollitas.

Luego, pocillos llenos de cascarilla con vainilla.

Delicada, con palillos devoraste palomillas de maíz.

Y así llegaron los bocadillos, los bollos, rosquillas, los panecillos con mantequilla y membrillo.

A hurtadillas engulliste ollas de papilla, zapallos, galletas.

Cepillaste arrollados de pez gallo con pepinillos, con avellanas.

Degollabas pollos, gallinas, hasta grullas con papas rejilla.

Y más: empanada gallega, parrilladas criollas con costillares.

Con pan rallado preparabas centollas a caballo, flotillas de mejillones (que gustillo).

Dabas dentelladas a la tortilla de cebolla, a la paella con tomillo.

Desollabas hasta potrillos, hasta camellos (sin gollete).

Te pillé con vajillas de repollo relleno (hasta las semillas).

Tu platillo favorito era la morcilla ensillada con caballa.

Despellejabas novillos como rastrillo, carretillas llenas de picadillo y zarzaparrilla.

¡Más tallarines! farfullabas.

Para tomar: botellas de Padilla y tintillo.

Y de postre: frutillas con chantilli y guindillas.

Me pedías más billetes, millones para vituallas.

Me decías "bellaco, cebollino, jilipollas, canalla".

Lloré como chiquillo. Humillado, tullido me fui al altillo, a la buhardilla. Cerré con llave.Con cerillas devoraba cajetillas de cigarrillos, fumaba hasta las colillas.

Te pusiste quisquillosa, rolliza como ballena. Tenías pesadillas.

Un sarpullido bermellón te llegó hasta las rodillas.

El conventillo te escuchaba chillar, las llagas te llegaban a la barbilla, los magullones, hasta el fondillo, las ampollas hasta la coronilla.

¡Auxilio, Cormillot, mandá pastillas!

 


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