AMANECER

Cuando está por amanecer

Pero todavía es oscuro

La ciudad despanzurra perros

Para justificar la noche

Por eso es que a esa hora se los ve poco

Sólo a los silenciosos rezagados

O a los muy osados

Que se animan a juzgarla

Con ladridos dolorosos.

Dejé el corazón la otra noche

En una mesa del pub

Donde pinchan los chops de Quilmes

Al parecer nadie se dio cuenta

Porque después volví y estaba ahí

Todavía.

Me lo puse de nuevo y salí al rocío

La ciudad, por supuesto, ni pelota.

Ella seguía con su rutina de asesinar gente

Y perros.

Hacía frío, obvio.

Y había humedad y lloviznaba.

Tanta humedad que ni el carusita encendía

Tanta llovizna que no me puse el sobretodo

Para qué

Si la ciudad igual me punzaba las costillas

Con mi soledad de isla solitaria

Seguí caminando disimulando el miedo

De estar solo, ni más ni menos.

Ella debía estar en algún lugar

Y yo también debía estar.

Se me aparecía titilando en los carteles luminosos

De Ronaldo cabeceando la tapita de Pepsi

O en la puerta del Banco Río

Me dieron ganas de patear algo, no sé,

Una latita que ví de refilón

Pero no quise espantar a uno de los últimos perros

Que temblando enterraba el hocico

en una bolsa de consorcio.

 

Ni tampoco advertir de su presencia

A la ciudad comeperros

No vaya a ser que esa mujer

Me estuviera espiando desde el cartel de Pepsi

Y me viera hacer este absurdo

De patear lágrimas en la vereda.

Y delatar perros.

Luego, para qué seguir:

Otro pub, otro chop pinchado,

Otro cartel, otro perro mordido de muerte,

Otra llovizna, otra ciudad, otra ella.

Otro amanecer.

 

 

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